Dialogando con la sombra, imaginando realidades


Mike Patton & Roy Paci - Tutto diventera' rosso



La madre se sentó con el hambre entre sus manos
y ahogó el amor en sus ojos.
Luego las moscas vinierona cantarle repulsivas canciones al oído.
Nosotros escuchamos la inagotable historia
de la lucha y el hambre.


Pero la Madre no cantó
al llegar el tiempo del canto.
En la historia popular,
ella sólo señaló a las moscas
y nos pidió que tarareásemos 
la misma canción musitada por las alas.
Cantamos la canción alada
mientras nos uníamos en la búsqueda.


Mosca y niño unidos en una misma canción
Madre y hojas caídas al tiempo
padre ausente,
desconocido.


Mientras sondea los zumbidos,
juntos los seguimos.
Creamos unión
para develar los motivos de la mosca y el niño.


Así, en nuestros corazones
están las vaporosas huellas de la mosca
cuyas alas nos contaron historias
del sentido de la vida y de a quién pertenecemos.
Fragmento extraído del poema "Parlamento de los niños" del autor zinbabuense Chenjerai Hove.



Los movimientos sociales, como los artísticos, literarios y científicos están dirigidos por la imaginación. El cambio, la revolución, en todos los campos se dan porque somos capaces de ver más allá de lo que se ve, de lo existente en ese momento. La percepción no es un mero reflejo de la realidad sino un poderoso elemento de realidad. Una herramienta necesaria para forjar el cambio, el calor necesario capaz de fundir el acero, prepararlo para ser moldeado por el martillo. Percepción e imaginación es lo que necesita la humanidad en estos momentos. El mundo tecnológico que se vislumbraba como una esperanza para alcanzar la libertad y la equidad –máquinas que nos liberen de la carga laboral, fármacos químicos que combatan las enfermedades, una revolución biológica y agraria que alimente a todo el mundo, y unas redes sociales mediáticas al alcance de todo el mundo que podrían revolucionar el sistema democrático– se ha vuelto más determinista que ninguna otra ley de la naturaleza, y parece haber inyectado su determinismo en las mentes de sus ciudadanos. Asfixiando así la imaginación de los mismos, la capacidad de percibir alternativas. Pero al igual que el sistema pudo imaginarse y crearse, su ausencia puede también imaginarse y crearse.
Debe imaginarse y cambiarse. Romper con el determinismo que parece haberse enquistado en las sociedades tecnológicas del presente.


"Los economistas llevan poco tiempo existiendo y nos han traído muchos problemas, los poetas llevan desde el principio de la humanidad y solo han creado belleza. Los poetas africanos lo sabemos bien, la simetría del sol puro es lo único que sigue suscitando nuestro asombro, esa capacidad de sombra que tenemos y con la que dialogamos".
Michael Feugain André, poeta camerunés.







Sobre la importancia de la imaginación, recuerdo un historia narrada por Susan Griffin en su texto "The politics of imagination", en la que explica un hecho vivido por un amigo suyo que sobrevivió al holocausto. Una historia que revela como la imaginación es capaz a veces de alterar y modificar una realidad que a priori parece irremediable.

"Un día Desnos, junto con otros prisioneros, fue arrancado de su barraca y obligado a subirse a la parte trasera de un camión. Todos ellos sabían que el destino de aquel camión no era otro que el de las cámaras de gas; todos ellos guardaban silencio. Al poco rato se detuvo el motor, y los guardias ordenaron bajar del mismo y avanzar en fila hacia la cámara de gas. En aquel momento Desnos rompió filas y cogió la mano de la mujer que le precedía en la procesión. Se veía animado, e inmediatamente empezó a leer la mano de dicha mujer. Su predicción era optimista: larga vida, muchos nietos y abundantes alegrías. Inmediatamente un hombre extendió su mano para que leyese su futuro. Una vez más, Desnos auguró una larga vida llena de felicidad y éxitos. El resto de presos se fueron animando, dejándose leer la palma de la mano, y a todos ellos Desnos predijo largas y felices vidas.

Los guardias empezaron a desconcertarse, a mostrarse visiblemente desorientados. Unos minutos antes estaban en una misión rutinaria con una ejecución y final inevitable y predecible, pero la nueva situación los desconcertaba. Parecía que existiese una alternativa para evitar lo inevitable. Desnos era tan efectivo creando nuevas realidades que los guardias fueron incapaces de proceder con la ejecución. Ordenaron a los prisioneros volver al camión y devolverlos a sus barracas. Desnos nunca fue ejecutado. A través del poder de su imaginación salvó su vida y la de los otros".

Al final Desnos no consiguió engañar a la realidad, cuando del campo de Auswichtz (1944) fue enviado al de Buchenwald Flossenburg, y finalmente a Terezín (1945), en Yugoslavia, donde fallecería de tifus días después de la liberación del campo. Los poemas que redactó durante sus años como prisionero fueron accidentalmente destruidos tras su muerte, de manera que las últimas obras de Robert Desnos (1900–1945) poeta y periodista francés, miembro activo del movimiento surrealista en los años veinte, se perdieron. Pero queda su historia, y su ejemplo de como rebelarse a la realidad mediante la imaginación, torcerla a nuestro antojo para que así la vida sea nuestra. Nuestra realidad, y no una impuesta y determinista en la que el cambio, las posibilidades no se perciben. 




4 degustaciones:

Anónimo dijo...

Sin duda nos está haciendo falta imaginación, pero de la buena, de la que no se ceba solo en el lucro. Otras cosas que están haciendo falta son: justicia, responsabilidad, compromiso... El futuro, hace unos años, era como una ilusión óptica, una utopía que imaginábamos dichosa... pero ya ves donde estamos ahora mismo... Alguien dijo, no sé quien, que la historia de la humanidad se alimenta de forma cíclica, que todo empieza en una etapa hacia el progreso, deriva en decadencia y finaliza en una guerra... Ojalá, Aka, que la imaginación nos saque bien parados de este ciclo en el que estamos y que parece estar acabando... Soy un pesimista, lo siento mucho. Un abrazo.

çç dijo...

Un arte de entrega y sacrificio que deriva en la autocontemplación, sin palabras, un zumbido que altera la voluntad en aras de la pervivencia. Una percepción que ningún enjambre de economistas podrá acallar. La imaginación pertenece a lo desconocido como bien expresas, un recitativo de ondas más allá de la razón y del aislamiento. La razón suele adaptarse a la comunicación pero la comunicación, las distancias se han institucionalizado como puede enmarcarse la “cultura” africana o precolombina en un museo. Sin el aleteo de la mosca excremental. El asombro que genera la obra, el reflejo de un ritual ancestral.

Me ha gustado sobremanera esta publicación tuya, iluso me gustaría pensar en una onda que inaugurase conciencias y ardieran las derivaciones occidentales que sólo llevan al ego. No quiero decir con esto que el arte deba ser políticamente comprometido, supongo que un arte bien hecho es ya un compromiso, como la muestra de un poema, la muestra de un instrumento antiguo… siempre que no calle la admiración. Y para tal tarea habría que barrer la actual categoría de lo estético, este vulgar ego sentimental que evade la responsabilidad con relativismos posmodernos y enaltece a las clases superiores que se enmascaran de mediocridad y a los que compadecemos. Desde la segunda guerra mundial europa se ha unido a la carrera del capitalismo, la máscara de las segundas oportunidades que impiden la invención de un futuro renovado tropieza con la anterior máscara, desecando nuestro espíritu y ni llorar sabemos. La mosca para nosotros es una imagen detenida. Un tropiezo antes de el bloque publicitario. Ahí se secan las emociones, las satisfacciones tan peligrosas para aquellos que nos gobiernan. Lo más importante es manejar nuestro placer. Algo así como en aquella novela de ciencia ficción. Pues el impulso de un deseo aislado es imprevisible, podría alcanzar a la acción social en mayor grado que una manifestación indefinida.

Dar a conocer los estímulos que nos diferencian es vital. Es necesario palpar el magma oculto que está por encima de nuestras cabezas. Ese cielo que por lo visto se aleja y la imaginación deja escapar. Vivimos en una generación sin maestros, por lo menos, en la fallida revolución del 68 tenían a un Sarte…. Bueno, perdóname por la extensión del comentario. Imagino que cuando copie este documento hasta tu blog se empequeñecerá en el mundo virtual de los blogs, las redes de lo opinable que no permiten un estudio sincrónico de un saber que debería determinar, un saber, puro, sin imposición pero la política de consume y necesita de ansiosos graznadores y aquí mis graznidos que aunque no lo sean, están en esa red, esta red, tu bello espacio, su red, mi enunciar en su espacio de representación, tus sensaciones involuntarias en la palma de la mano, en el elemento real que nada tiene que ver con el espectáculo reflejado…

sino más con un diálogo en la sombra.

Un abrazo Aka.

el maquinista ciego dijo...

Este texto es hermoso, Aka. Muchísimas gracias por compartir esta increíble historia, maravillosa. Con tu permiso, voy a coger tu párrafo inicial para, retocándolo un poco, dedicárselo a un amigo que lo está pasando especialmente mal. Y es que justamente esto es lo que necesita -creo yo- ahora mismo (bueno, no esto, pero sí es lo único que yo puedo hacer desde este lado del Atlántico ;))

Me gustan muchísimo tus últimas entradas, aunque los trabajos finales del curso me tengan a puntito de la locura y no ande yo muy fina en los comentarios, jeje.

Un abrazo muy fuerte, Aka, y muchas gracias otra vez por este 'cargamento de ilusión' xD

el maquinista ciego dijo...

Quise esperar a que me dieses permiso oficialmente, pero Muchacho insistió en hacerlo 'Yaaaa!!!', así que espero que no te moleste que no haya esperado....xDD

Bicos!